guión

El peor enemigo de un guion

Existen muchos aspectos a mejorar en un guion. Versión a versión vamos puliendo, sacando y poniendo cosas para mejorar la historia. Sin embargo, uno de los errores más frecuentes y que a veces dejamos pasar no son los problemas con la historia, sino con los diálogos. Con el afán de dejar todo claro y que no haya espacio a dudas, terminamos sobre explicando cada escena y es ahí donde los diálogos son los que más sufren. Terminamos con diálogos del tipo “Acabo de llegar de la tienda y estoy muy cansada”, cuando claramente en imagen veremos que el personaje está con sus bolsas de compra y está agotada. 

Para evitar estos “diálogos explicativos” podemos hacer lo siguiente:

  • Atención el tono y la verosimilitud del guion. Si los personajes no tienen la costumbre de sobre explicar las cosas, entonces no es necesario el uso de este tipo de diálogo. 

  • ¡Usemos el subtexto! Podemos dar información a través de gestos, expresiones o frases no explícitas.

  • Si el diálogo puede reemplazarse por acciones, entonces hagámoslo. Si puede ser visto, entonces el diálogo es redundante.

  • Leamos el guion en voz alta. Esto nos ayuda a darnos cuenta si suena natural o no. 

Hay diálogos explicativos y largos que aparentemente no dan información relevante. Por ejemplo, en Reservoir Dogs, toda la secuencia inicial de 8 minutos es un diálogo gigante sobre Madonna y sobre darle o no propina a la mesera. Esto no tiene conexión con la historia. Sin embargo, estos diálogos sin sentido revelan una serie de características de los personajes y generan interés respecto a quiénes son, qué hacen, etc. Esto es un ejemplo de cómo romper las reglas a propósito, para el beneficio de la historia. 

Al final, todo lo que se escribe debe ser en beneficio de la historia, que ayude a que la trama avance o se refuerce. Evitemos los diálogos explicativos y si al final decidimos usarlos, hay que pensar en cómo van a aportar al guion.

XOXO

Rebeca Venegas
Productora - Guionista

El tono vs. el género

En nuestros años como productora audiovisual hemos tenido la oportunidad de dar charlas en diferentes universidades e institutos de Perú sobre distintos temas como iluminación, dirección, guion, storytelling entre otros. Normalmente cuando hablamos sobre tratamientos y guión, una duda que recibimos a menudo es la diferencia del tono con el género.

Es común confundir el tono con el género. Se parecen mucho, pero definirlos es fundamental para escribir un guion. El tono es aquello que permite qué es lo que puede pasar en la historia, es un elemento de coherencia interna y verosimilitud. Es decir, de acuerdo con el tono que elijamos, la historia va a “aguantar” el contenido que pongamos en ella. 

El tono afecta directamente a los personajes, sus acciones y diálogos. Definirlo va a determinar la forma de narrar. Así como en la música, los tonos graves evocan distintas sensaciones respecto a los tonos más agudos. En el guion sucede lo mismo, si elegimos un tono absurdo la historia transmitirá distintas emociones respecto a un tono parco o serio, independientemente del género. 

Como vimos previamente, el tono es un elemento de coherencia interna. Por lo que romperlo implica “sacar” al espectador de lo que está viendo. Esto suele suceder, por ejemplo, cuando en películas del género de terror, se incluye algún gag que “saca” al espectador por un momento del tono serio de la película. Es posible romper el tono, pero se debe evaluar las consecuencias que tendrá en el espectador y hacer un balance si vale la pena hacerlo, siempre pensando en el beneficio de la historia. 

Es interesante aplicar el concepto del tono a la hora de construir los personajes, ya que nos ayuda a desarrollar sus características de forma más orgánica. Evaluar el tono del personaje respecto al tono general de la película nos puede ayudar a definir cómo se va a manifestar dentro de la historia, cómo va a hablar, cómo se va a mover, qué puede hacer y qué no.

El tono es una herramienta que puede servir para dar unidad a todos los aspectos del guion.

Rebeca Venegas
Productora - Guionista